Undercovers

La nueva serie de J.J. Abrams trata sobre dos ex espías, Steven y Samantha Bloom, interpretados por Boris Kodjoe y Gugu Mbatha-Raw. La pareja se conoció cuando trabajaban para la CIA, pero nunca formaron parte del mismo equipo. Tras contraer matrimonio, decidieron dejar su trabajo y montar una empresa de catering. Tras 5 años viviendo una vida "normal", Carlton Shaw (Gerald McRaney) les hace una visita en su negocio para comunicarles que su compañero y amigo Leo Nash (Carter MacIntyre) ha desaparecido y quieren que vuelvan a su antiguo trabajo.

Al principio, se niegan, pero al ver que la rutina ha llegado a sus vidas deciden aceptar por separado. Ambos acuden a Shaw sin avisar al otro y se encuentran allí. Ésta es la tónica que seguirá la pareja durante todo el piloto: una relación en la que se alternarán momentos cómicos con celos y pequeños roces. La trama de la serie se dividirá entre la parte romántica de la relación entre Steven y Samantha y la trama de espionaje en la que se vean involucrados.

La pista para encontrar al Leo lleva a los renovados espías hasta Europa. Concretamente, la primera ciudad que visitan es Madrid. La recreación de la capital de España traerá cola sin duda tras su visionado, ya que muchos madrileños pueden no ver identificada su ciudad con lo que muestra 'Undercovers'. Madrid parece más una ciudad de Latinoamérica que de España, comenzando con los acentos de los personajes o la propia reconstrucción de las calles y casas.

A su llegada a Madrid, descubren a uno de los personajes secundarios, Bill Hoyt (Ben Schwartz). Será el que les ayude en las misiones y probablemente uno de los que creen más amores y odios entre los seguidores. Schwartz dará el toque de humor a la serie. Su personaje ha oído muchas historias de Steven. Le tiene idolatrado y estará lanzándole elogios cada vez que tenga ocasión, pisando en ocasiones a Samantha.

La pista de Leo les lleva hasta Jaén, donde a pesar de ser conocido por su aceite, se centran en los buenos vinos de La Rioja. Allí, acudirán a la boda de la hija de un antiguo Ministro de Defensa español apellidado Cabrera. Allí está la siguiente pista para liberar a su amigo. Samantha tendrá que dar todo para conseguir robarle el móvil y con él los datos que guarda a uno de los invitados al evento. En esta escena, se verá otro de los grandes reclamos de la serie: un desnudo parcial de la protagonista. En varias escenas, también se ha podido ver el torso desnudo Boris Kodjoe.

La siguiente pista les lleva hasta París, donde consiguen llegar hasta el lugar donde se inicia la serie: una azotea donde Leo guardó un pen drive en una trepidante escena de acción. Los seguidores de J.J. Abrams verán un guiño en este pen drive que tiene la forma del robot que simboliza su productora Bad Robot.

La azotea vive de nuevo una escena de acción, en este caso protagonizada por Steven contra uno de los secuaces del hombre que tiene secuestrado a Leo. Aunque los dos se llevan golpes, finalmente termina ganando el personaje de Kodjoe. Tras ver el contenido del pen drive, comienzan a dudar de si su misión realmente es rescatar a Leo o capturarle porque ha traicionado a la CIA.

Tras esto, deciden ir a Moscú. Durante este viaje, ocurre un importante fallo de rácord. Samantha intenta coordinar desde París de noche un evento de su catering con Lizzie (Jessica Parker Kennedy). A las horas que ocurre esto, en Estados Unidos debería ser la madrugada. Tras dejar París, viajan a Moscú y, a pesar de las horas de avión sucedidas, la comida aún está por terminar.

Tras llegar a París consiguen rescatar en equipo a Leo, que finalmente resulta no haber traicionado al equipo. Estas escenas sirven simplemente para demostrar la eficacia de los personajes protagonistas y mostrar que entre Leo y Samantha hubo una relación en el pasado de la que Steven no tenía conocimiento. Además de cumplir su misión, capturan al jefe de la banda que tenía secuestrada a Leo, lo que termina por convencer a la CIA de lo importantes que son los dos espías para ellos y les ofrecen "cualquier cosa que pidan" para que se queden.

El piloto termina habiendo cerrado el caso principal y con la vuelta de Leo a Estados Unidos, previendo que continuará como personaje secundario. Uno de los fallos que se le puede achacar a la serie es que no deja ninguna trama de espionaje abierta para el resto de la temporada, como podría parecer tras leer su planteamiento. Las actuaciones de los protagonistas son reseñables, destacando la de Gugu Mbatha-Raw. Aunque es entretenida y tiene buenos puntos de humor, la serie no ofrece ninguna novedad destable. Mantiene bastante bien el ritmo pero adolece de un gancho que haga mantener enganchado al espectador.